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Cuando pensamos en el blog MILHOJAS, el blog de la biblioteca del IES Félix de Azara, nuestro blog, tenemos que hacer un viaje de siete años en el tiempo. Entonces la biblioteca respondía a su significado más etimológico: un almacén de libros sin apenas manos que los estropearan de tanto leerlos, sin voces adolescentes en ese habitáculo con olor a cerrado. Ante las dificultades para poner en marcha otra biblioteca (abierta, participativa, emocionante…) decidimos crear un blog que recogiera en el mundo virtual lo que no podíamos hacer en el real. Así nació MILHOJAS en el 2012, fruto de la rabia y de la impaciencia.
Poco a poco MILHOJAS fue invadiendo nuestro espacio. Cuanto más se acerca nuestra biblioteca a la soñada, más se enriquece MILHOJAS. Cuanto más se enriquece MILHOJAS, mejor es nuestra biblioteca.
En el 2015 decidimos presentarnos al premio Espiral Edublogs, animadas por nuestro asesor en el CIFE, y nos quedamos finalistas. Y en el 2016 llegó el gran momento: por fin premiadas y, al final, ¡la peonza de oro! ¿Por qué nos presentamos? Porque habíamos trabajado mucho a contracorriente y necesitábamos un empujoncito, porque es un premio donde se valora el trabajo de profesores y alumnos, porque no es institucional. Cuando nos enteramos de que MILHOJAS había sido premiado, hubo abrazos, enhorabuenas y alguna lagrimilla. Habíamos apostado por un blog un poco diferente, donde primara la calidad y la participación no supusiera vulgarización, donde brillara la emoción de la lectura, la música y la imagen, pero también el rigor del pensamiento crítico. Y ahora, en forma de peonza, nos llegaba un mensaje: “Adelante. Lo estáis haciendo bien”. El blog que surgió de la rabia y la impaciencia se había llenado de risas y abrazos sin apenas darnos cuenta.
La ceremonia nos sorprendió: intensa, emocionante y divertida. Pasaban los minutos y la impaciencia aumentaba. El momento en el que nos dimos cuenta de que nos habían dado la peonza de oro fue un poco confuso: con el corazón en la boca y las manos temblando salimos a agradecer el premio. Más tarde hicimos fotos a la peonza en mil contextos divertidos: al lado de un plato de sushi, en una caseta de la feria del libro, con los leones del Congreso, en la verja de la biblioteca nacional… una peonza protagonista y viajera, hasta que la llevamos al instituto y allí, en la sala de profes, le pusimos un cartel: “En esta peonza hay un poquito de todos los que habéis estado a nuestro lado”, y de allí a su lugar definitivo: la biblioteca.
Posiblemente nos volvamos a presentar, quién sabe, cuando MILHOJAS tenga cosas nuevas que ofrecer.
Mª Jesús Picot Castro y Ana Buñola Benavent (MILHOJAS)
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